Paseando junto al río , en los aparcamientos de un lugar de ocio, en Córdoba , es posible encontrarse con elementos extemporáneos, a la vez que enigmáticos y bellos, que nos hablan de nuestros ancestros Cordubeses, que nos impregna con su misterio, y nos habla desde el pasado, pero que muchas personas pasan ignorando su significado, o simplemente su existencia. Una ciudad que miró al rio, como prolongación del mar, que comerció con sus riquezas y por la que pasamos , todos los días casi de puntillas..........me gustaría que los cordobeses , en particular, y los habitantes extranjeros , en general , abrieran los sentidos para descubrirla , dejar que el manto de ignorancia, del que revestimos nuestros paseos, se conviertan en exploradores con espíritu crítico, ávidos de conocer todos sus secretos. No tenemos la publicidad, las subvenciones , los políticos adecuados, ni una personalidad positiva, pero basta con que uno de nosotros comience a cambiar la visión del mundo , para conseguir que nuestra ciudad reciba su justo reconocimiento.
Escena de producción de aceite de oliva en una almazara de época romana
El molino romano, denominado “molea olearia”, estaba espoleado por animales, aunque a veces, también era movido por la fuerza del hombre como se ve en la imagen. Esta técnica supuso un crecimiento de la productividad con respecto a culturas anteriores.
Tabernae
Las tabernae eran establecimientos comerciales ubicados en dependencias de las casas romanas que se abrían hacia la calle, y que por lo general no tenían acceso a la vivienda principal.
Durante la época Romana, esta zona, estaba fuera del recinto fortificado de la Ciudad, aunque muy cerca de una de las puertas de las muralla, denominado Porta Piscatoria.
Entre los años 50 A.C. y 200 D.C., se desarrolló un importante vicus o barrio, que al estar situado, junto al rio, parece ser que Corduba fue una ciudad portuaria (el puerto estaría localizado aproximadamente a la altura del Alcázar de los Reyes Cristianos) dió lugar a que hubiese numerosos establecimientos comerciales y artesanales, a lo largo de la Ribera y atraería a muchos comerciantes y lugareños.
A mediados del siglo II D.C. (aproximadamente en torno al año 150), en este barrio comercial y artesanal, hubo un establecimiento dedicado a la producción y comercialización del aceite de oliva. Se conserva, por lo tanto, un molino, almacén y taberna que probablemente estaba adosada a una domus.
Presenta una serie de técnicas típicas de la Baetica Romana. Como son: Muros balizados con grandes sillares de piedra (opus quadratum), revestidos en su interior con estuco pintado (opus marmoreum), suelos cubiertos de mosaicos realizados con pequeñas teselas de colores formando espectaculares composiciones geométricas (opus tesellatum) o recubrimiento de un gruesa capa de hormigón de arena y cal con pequeños fragmentos de cerámica (opus signinum)
Estructura perteneciente a un molino y almacén.
Las características de esta estructura, con diversos depósitos y canalizaciones, además de, la aparición de piezas de la prensa utilizada para extraer aceite, y el hallazgo de numerosos fragmentos de ánforas, son pruebas de que estos restos pertenecen a un molino de aceite
Detalle del mosaico que ocupa el suelo de la Tabernae .
Muros balizados con grandes sillares de piedra (opus quadratum) revestidos en su interior con estuco pintado (opus marmoreum), suelos cubiertos de mosaicos realizados con pequeñas teselas de colores formando espectaculares composiciones geométricas (opus tesellatum)
Estas tabernae se situaban generalmente en los bajos de las insulae, abiertas a las vías principales de las ciudades.
Tabernae Romana
Otra imagen de la tabernae Romana
En el siglo VI se inicia la decadencia de este barrio, las viviendas, los comercios y talleres, se abandonan. La zona se convierte en un cementerio en torno a la basílica cristiana de los tres santos.