jueves, 28 de junio de 2018

SALA DE ABLUCIONES DE ALMANZOR


La ablución o ritual de limpieza, a través del agua, que  se realiza para recuperar el estado de pureza ritual (tahara)  como paso previo a la oración, tanto si se lleva a cabo de forma íntima (casa) como en forma pública (mezquita). Su fin es limpiar el cuerpo y los sentidos, tanto a nivel físico como espiritual.

Existen dos tipos de ablución:


  1. El Gusl o ablución mayor, que se efectúa en los baños(hamman) y exigido para la limpieza de impurezas como las debidas a:


·        Origen sexual.
·        Mentruación.
·        Fin de puerperio. 
·.       En caso de muerte.
·        Al entrar en el islam.

2. El wudu´o ablución menor, indicada :

·  Tras el contacto con sustancias impuras , especialmente las derivadas de      las necesidades corporales (orina, excrementos, ect)

·  Tras un desvanecimiento.

·  Tras dar la mano o tocar a una persona de distinto sexo que no es                 pariente próximo sin separación por ropa, u otro tejido que se interponga.

·  Tras  el contacto con otras cosas o sustancias consideradas impura.

La impureza menor, o hadat, entre otras consecuencias invalida la oración y acarrea la prohibición de tocar el Corán.
El wudu´ consiste en enjuagarse la boca y frotarse los dientes con agua, aspirarla por la nariz y frotarse con ella el rostro, los cabellos, la barba y las orejas, lavarse las manos y los antebrazos hasta los codos y, por último, los pies hasta los tobillos.
El gusl o ablución mayor, consiste en limpieza integral del cuerpo


Restos sala abluciones de Almanzor

La primera sala de abluciones o midá fue la construida por Hisham I en el lado oriental, pegada al exterior del muro del patio de la mezquita de Abderramán I en el siglo VIII , tenía 15 m de ancho por 20 m de largo y consistía en una patio rodeado de fuentes y letrinas , es la más antigua excavada.


Visión de entrada con  muro  al fondo , con las dos primeras hiladas a tizón y de las canalizaciones perimetral y periféricas

Al-Hakam II erigió dos, una a oriente y otra a occidente de la mezquita que acababa de ampliar Una para uso de hombre y otra para mujeres. Se Abastecía de canalizaciones de piedra con tubos de plomo que traían abundante agua de la sierra de Córdoba, que también llevaban y llenaba de agua el aljibe de la mezquita, agua que se podía usar para beber.

Visión de los sillares.


Por último, al-Manūr también construyó un aljibe en el patio y una mida en el lado oriental de la mezquita, en sustitución de la que se había destruido con su ampliación, dicha sala de abluciones se encuentra en el Hotel conquistador situado frente a la Mezquita –Catedral de Córdoba. Su planta es rectangular, de 16 m de ancho por 28 m de largo aproximadamente. Está construido con enormes sillares de piedra y consta de una conducción perimetral y varias periféricas.  Se distingue: un vestíbulo de entrada, situado hacia su parte media, un patio de letrinas al sur y otro patio al norte posiblemente relacionado con las abluciones propiamente dichas.
Vista de los muros  
Zona de letrinas
Sus cimientos, así como una parte de los de la midá de Hisham, han sido hallados en sendas excavaciones pero solo estos son visitables con permiso del personal de hotel.
Los textos árabes medievales, como la ubicación del edificio, confirman que es el salón de abluciones o midá mandada a construir por Almanzor, primer ministro del califa Hisam II inaugurados el año 390 de la Hégira (999-1000 de la era Cristiana)
Esta sala de abluciones, o mida, pertenece a una modalidad de construcciones islámicas que son calificadas como "algo extraño, mal conocido y poco frecuente".

Canalizaciones 



Diferentes visiones de la sala y sus canalizaciones

Está localizada en el Hotel eurostar conquistador de Córdoba ,  es visitable y cabe destacar que fué financiado por los dueños , que no eran cordobeses y una vez más se demuestra que los cordobeses no saben valorar lo que tenemos y demuestra que integraciones de los restos , de forma adecuada, constituye una mágnifica forma de conservar la historia sin dejar de evolucionar, fundamental también para una ciudad que es un verdadero tesoro arqueológico.





Mª Ángeles Morales Vega