Se llama Aisha Bint Ahmad
Ibn Qadim al Qurtubiya que significa Aixa hija de ahmad,nieta de Qadim, la
cordobesa.
Nace en Qurtuba, en el seno
de una familia noble muy conocida de la ciudad, con varios miembros
relacionados con las letras. Su abuelo Qadim sería conocido por la composición
de casidas y moaxajas y su tío Abd Allah al-Tabí (“el médico”), que ibn Sayed
consideró peor dotado para la poesía que
Aixa.
Recibió una esmerada
formación junto a su hermano Muhammad, quien completó su educación en Oriente,
cuando regresó prefirió las artes literarias a las jurídicas como ella.
Fué contemporánea de al-Mansur aproximadamente en
el año 940 d.c. y también con el intelectual Ibn Hazm ,que desempeñó el cargo de visir del califa Abd al-Rahman V.
Tuvo una gran preparación y compresión en
conocimientos religiosos y profanos, y podemos decir, que era una mujer
extraordinariamente sabia. Se dedica a la poesía y tiene un gran interés por la
religión, pero no se dedicaba a las ciencias, ni a la enseñanza como otras doncellas de la época.
Su importante elocuencia y
juicio se ve reflejado en sus odas y
retórica, acompañado por una enorme
habilidad en la copia de códigos y opúsculos, que escribía de su propio puño y letra incluso llegando a improvisar.
También componía los panegíricos de
los políticos de la época según sus necesidades e
ideas.
Poseía una bella letra, con
la que se dedicaba a copiar coranes, con gran fama y buen resultado. Su fortuna
le permitió relacionarse con círculos próximos al poder, desarrollar su
capacidad literaria y optar por no casarse, extraño en la sociedad
musulmana, pero por otro lado común en
las mujeres nobles, de gran cultura cuya historia ha llegado hasta nosotros.
Vivió las intrigas de
palacio, sufrió cárcel, destierro y finalmente quemaron sus libros en la ciudad
de Sevilla dejando escrito un poema
escrito:
"Dejad de prender fuego a pergaminos y
papeles,
y
mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe.
Y es
que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto
que en mi interior lo llevo,
viaja
siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en
mi tumba será enterrado luego"
Murió en 1009 durante el
saqueo de Córdoba.
Nos deja dos poemas:
Uno dedicado a Muzzafar hijo y sucesor de al-Mansur
Que
Dios te muestre en él lo que deseas
y no
cesen de aumentar sus nobles hechos.
Su
venturoso ascendente y su fisonomía
apuntan
las virtudes que esperas en él.
Desearán
los caballos que los monte,
temblarán
las espadas de pasión,
se
teñirán de sangre las banderas
y te
parecerá una luna
en
un cielo de nobles acciones
cuyas
estrellas son los guerreros.
¿Cómo
podrá decepcionaros un cachorro
que
los fieros leones engendraron
para
la gloria?
Vosotros
sois, familia de Abu Amir,
el
más noble linaje;
vuestros
antepasados y descendientes
don
intachables: los jóvenes, prudentes como ancianos,
los
viejos, en la guerra como jóvenes.
Otro respondiendo a un
pretendiente que le pide matrimonio.
Una leona soy,
y nunca me agradaron los cubiles ajenos,
y si tuviera que escoger alguno,
nunca contestaría a un perro, yo
que tantas veces los oídos cerré a los leones.”
Mª Ángeles Morales Vega
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